Es casi imposible jugar mejor un hoyo de como lo hizo Jon Rahm en el 18 del TPC Boston (9 de su vuelta), un par 5 de 615 yardas (471 metros) en el que el León de Barrika empleaba tan solo tres golpes perfectos. El primero desde el tee, un driver que recorría 283 metros, seguido de un hierro de 183 con el que alcanzaba el green para dejar la bola a poco más de tres metros y medio para rematar con un putt que valía un eagle y un liderato provisional.
Have you ever seen a more perfectly played hole of golf?
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— PGA TOUR (@PGATOUR) 2 de septiembre de 2017