Habíamos calificado el grupo 2 del WGC-Dell Technologies Match Play como uno de los más difíciles de los dieciséis que nos encontramos en la primera fase del torneo. Y es que, amén de Jon Rahm, nos encontrábamos con jugadores de la talla de Billy Horschel -que ya sabía lo que era desenvolverse a la perfección en el uno contra uno– y Rickie Fowler, quien acumula varios meses de buenos resultados. Es por esto que la eliminación del vizcaíno a las primeras de cambio no pilló a nadie por sorpresa.
Un mal resultado que, unido a la retirada antes de tiempo en el último PLAYERS, ha provocado que el León de Barrika haya pasado del número uno mundial al tres que ocupa en la actualidad. ¿La razón? La extraordinaria actuación de Rory McIlroy sobre la hierba del Austin CC. El norirlandés finalizó su actuación en la tercera plaza tras derrotar en la final de consolación a Scottie Scheffler, lo que le ha servido para adelantar al español en el ranking y situarse a menos de punto y medio del deportista estadounidense.
Así pues, Jon se queda a poco más de una décima del norirlandés a escasos diez días de la primera gran cita de año sobre la hierba del Augusta National. No fueron mucho mejor las cosas para el resto de jugadores patrios situados en el Top 100, pues tanto Adri Arnaus (Top 79) como Adrián Otaegui (Top 86) han perdido posiciones, mientras que Pablo Larrazábal se mantiene en el Top 93.
Todo ello en una semana en la que el gran triunfador ha sido Víctor Pastor, al que su subcampeonato en el Duncan Taylor del Challenge le ha favorecido la terea de subir más de cien escalones de solo un salto -del Top 772 al Top 643-.