El jugador vizcaíno llega a su tercer Masters de Augusta con la vitola de ser uno de los máximos aspirantes a enfundarse la Chaqueta Verde el próximo domingo. El León de Barrika, de hecho, parte en la quinta posición según las casas de apuestas de los Estados Unidos y todos apuntan a una gran actuación que continúe con el cuarto lugar logrado en la pasada edición. Después de todo, como él mismo ha reconocido en la rueda de prensa previa al campeonato, es un evento que le atrae especialmente.
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“Es un torneo importante que me gusta mucho, en un campo que me viene bien y que ayuda mucho a que le pegue largo desde el tee”, comentó el vizcaíno a EFE. Sobre todo si, como se espera observando la predicción meteorológica, se da una combinación de calles lentas, rachas de viento y greenes lentos pero imparables que dotarán al primer Major de la temporada de una enorme complicación que a buen seguro fomentará el espectáculo.
“Es un campo en el que el toque y el feeling son mucho más importantes que ser científico. Hay que ser mentalmente fuerte y saber dónde fallar y dónde no hacerlo. A estas alturas poca gente se acordará de que el año pasado pegué cuatro bolas al agua, y el año anterior unas cuantas más. No faltan bolas mías en los lagos de Augusta”, bromeó el actual octavo jugador del ránking mundial, que puso el foco en el carácter como el factor que más ha influido en el éxito de los españoles en este campeonato.
“Lo más importante es controlar las emociones y no darse por vencido nunca. Es un campo en el que se puede fallar, no pegarle perfecto y ganar. La creatividad y la imaginación juegan un papel primordial”, sentenció.