Deberá dar un paso adelante Jon Rahm (69 golpes, -5) en esta jornada del movimiento si no quiere ver cómo el Phoenix Open se le acaba escapando antes de lo previsto. Y es que el vizcaíno, que se quedaba muy cerca de los diez mejores jugadores del torneo al término de los primeros 18 hoyos, ha comprobado en sus propias carnes hasta qué punto se puede atragantar la cita en Arizona si se tiene una fase de juego algo desacertada. Jon, que terminó sus nueve primeros hoyos en el día remontando un bogey inicial para irse hasta el dos bajo par, pecó de falta de precisión y la segunda parte de recorrido se le acabó haciendo larga.
Algo que ni por asomo nos imaginábamos unas horas atrás cuando, tras el bogey cometido en el 12 -empezó la ronda por el 10-, dio un golpe encima de la mesa para darle la vuelta a la situación. De hecho, el antiguo miembro de ASU consiguió tres birdies en las cuatro banderas siguientes que le permitieron llegar con un esperanzador dos bajo par al término de los nueve primeros hoyos. Sin embargo, todo cambió al enfrentarse a las siguientes banderas. Así, después de las tablas provocadas por el bogey del 1 y el birdie del 3, desapareció la inspiración de los primeros momentos y al vasco no le quedó más remedio que conformarse con un -5 global.
De este modo, Jon Rahm se sitúa en el Top 27 del evento y accede a la segunda fase del mismo a tres golpes de una zona noble en la que la igualdad es la tónica dominante. Al menos entre la parte baja, pues para pugnar por el podio los rivales sí que han tirado la puerta abajo y todos ellos se han situado con dobles dígitos en negativo.
Y no acaban aquí las sorpresas. Mientras que Xander Schauffele (64 golpes, -12) ostenta la primera plaza, la segunda se la reparten Keegan Bradley (65 golpes, -11) y… ¡Steve Stricker (66 golpes, -11)! El veterano jugador y actual capitán de Estados Unidos en la Ryder Cup saldrá en el partido del día con el objetivo de prolongar el sueño de conseguir un nuevo triunfo en el PGA Tour casi una década después del último.