Después de 36 semanas de forma ininterrumpida como número 1 del mundo, a Jon Rahm le ha llegado el turno de ceder el testigo. Ha sido, eso sí, en uno de los torneos donde acostumbraba a llevar a cabo grandes actuaciones y ante uno de los rivales que más difícil tenían poderle suceder en el trono: Scottie Scheffler. El norteamericano, que daba la bienvenida a 2022 sin ninguna victoria en su palmarés, se ha apuntado en un abrir y cerrar de ojos tres triunfos y, por si fuera poco, se ha aupado al primer escalón de la clasificación mundial.
Tres victorias en los cinco últimos eventos –Phoenix Open, Arnold Palmer y WGC-Match Play– que le han valido en este momento para aventajar en siete centésimas a Jon Rahm y dejar al español sin la posibilidad de alcanzar en la clasificación histórica de semanas como número 1 a un histórico como Nick Price. El vizcaíno, de hecho, podría haber sido rival de Scheffler en semifinales, pero Brooks Koepka lo apartó de haber podido disputarle a Dustin Johnson los cuartos de final.
Así pues, la irrupción del deportista de Nueva Jersey ha provocado que Morikawa descienda al tercer puesto y que Viktor Hovland se caiga del podio en un lunes en el que DJ regresa a la zona noble en detrimento de su compatriota Sam Burns. Sergio García, que no pudo llegar a la fase de eliminatorias, desciende una posición para situarse en el Top 50 mundial, mientras que Adri Arnaus -que no pasó el corte en el reciente Qatar Masters del DP World Tour– amanece una semana más en el 81er escalón.
Todo ello en una semana en la que Pablo Larrazábal ha sido uno de los mejores jugadores patrios después de su Top 5 sobre la hierba del Doha GC que le sirve para colocarse al borde de la primera página de la clasificación (109º). Adrián Otaegui también terminó en el Top 5 y pasa a ser el séptimo mejor jugador de la Armada en el ranking al colarse en el Top 198.