Cuando Jon Rahm (67 golpes, -4) tiene un objetivo entre ceja y ceja es muy difícil que no lo consiga. Y esta semana el vizcaíno se ha propuesto llegar al lunes como flamante nuevo número 1 del mundo. Una tarea para la que, como ya hemos comentado a lo largo de la semana, tendrá que finalizar como mínimo en la segunda plaza y esperar a ver qué sucede con Brooks Koepka en el Saudi International. Aunque para eso todavía queda mucha tela de cortar. De momento, quedémonos con lo logrado por el español en estos primeros 18 hoyos, donde ha puesto los mimbres de lo que debe ser su aventura en el Phoenix Open para conseguir el ansiado botín.
Y es que el León de Barrika ha iniciado su andadura en el TPC Scottsdale a sólo un paso de la zona noble después de una ronda inicial en la que cinco birdies y tan sólo un bogey le han permitido alcanzar el cuatro bajo par que campea en estos momentos en su marcador. Un error que llegó en el hoyo 8, su penúltima bandera del día, y que le impidió optar desde ya a ser uno de los afortunados que ocupa el podio del evento. De hecho, el fallo llegó de una manera inesperada después de marrar un putt de menos de dos metros, una distancia desde la que se había manejado a las mil maravillas desde el comienzo del día.
Los casi dos golpes ganados a la ronda desde las inmediaciones de bandera -a lo que hay que añadir su más de 83 por ciento de calles cogidas- hablan a la perfección de una vuelta jugada a las mil maravillas a la que sólo el buen hacer de sus rivales le impidió obtener un mejor resultado en la tabla. No obstante, JR se marcha a Casa Club con la sensación del deber bien cumplido y pensando en la manera de hincarle este viernes el diente al TPC Scottsdale para tratar de dar caza a Wyndham Clark (61 golpes, -10), primer líder.