El Centro Virtual del Instituto Cervantes define al refrán de «nadar y nadar para ahogarse a la orilla» como al «al fatal desenlace que se produce en ocasiones tras un gran esfuerzo, justo cuando se está a punto de lograr su intento». Pues eso mismo fue lo que le sucedió a Jon Rahm en la cuarta jornada del Farmers Insurance Open tras los esfuerzos del jueves y viernes que lo situaban a solo dos golpes de la cabeza en el comienzo del sábado.
Un esfuerzo que no se vio recompensado al anotar tres bogeys y un doblebogey, este último tras una concatenación de malos golpes en el hoyo 5 en el que nunca parecía coger el green. «Cada vez que caía en el rough, estaba muerto. Pero puedo garantizar una cosa, si estás en la calle no tendrás malas oportunidades. Solo hay que jugar mejor. … », declaró Jon Rahm al término de su vuelta.
Pero si algo hay en Jon Rahm es su espíritu de lucha, tal y como se pudo comprobar hasta el último hoyo. «Luché tan duro como pude. Lo único que tal vez podría haberme salvado era hacer un par de putts al principio y no pude hacerlos para obtener impulso, ¿verdad? De cualquier manera, sabía que sería un día difícil. Sabía que con un par de golpes menos probablemente habría tenido una oportunidad, pero simplemente no la tuve», afirmaba el campeón español.
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