El capitán de Legión XIII confiesa emociones encontradas tras perder en el primer hoyo del desempate ante Sebastián Muñoz en Indianápolis

Jon Rahm cerró la temporada del LIV Golf con una gesta inédita: proclamarse campeón del Orden de Mérito sin haber ganado un solo torneo. El capitán de Legión XIII firmó en Indianápolis una vuelta histórica de 60 golpes (-11) para alcanzar los -22 totales y sellar el título anual frente a la presión de Joaquín Niemann, su gran rival durante todo el curso. El triunfo le otorga su segundo anillo consecutivo y un cheque de 18 millones de dólares, premio reservado al jugador más consistente del año.

Sin embargo, el de Barrika no pudo ocultar emociones encontradas tras caer en el desempate contra Sebastián Muñoz, quien rubricó su victoria con una mágica tarjeta de 59 golpes. “Todavía con un sabor un poco agridulce. Sé que se supone que debo estar feliz. Es un gran momento. Pero no se siente tan bien terminar el año perdiendo dos PlayOffs”; confesó Rahm. “Poder ganar la temporada sin vencer en un torneo… sé que con el tiempo estaré orgulloso de ello, pero puede que nunca se repita. Joaquín ganó cinco veces y jugó un golf increíble; uno podría decir que merecía más ganar él”.

“Poder ganar la temporada sin vencer en un torneo… sé que con el tiempo estaré orgulloso de ello”

Rahm cimentó su éxito en una regularidad inquebrantable: cuatro segundos puestos, un único torneo fuera del Top 10 y la capacidad de exprimir cada jornada final para escalar en la clasificación. “Siempre he dicho que el puesto 32 es mejor que el 33. Esa mentalidad de luchar hasta el final me ha mantenido arriba en cada torneo. Al final, despacio y con constancia se ganó la carrera”; explicó. Incluso se permitió comparar su estilo competitivo con un término de los videojuegos. “Esto ha sido como el scrap time en Call of Duty: aprovechar hasta el último segundo”.

El vasco también se mostró orgulloso de su actuación en Indianápolis, donde firmó 10 birdies y un eagle, con un solo error en toda la vuelta. “Hice lo que debía hacer. Salí a por todas y me di la mejor opción. En el 18, después de dejarla tan cerca, pensé que tendría una gran oportunidad”; relató. Aun así, reconoció el mérito de Muñoz. “Es justo que alguien que hace 59 golpes gane el torneo. Yo puedo vivir con la cabeza alta sabiendo que lo di todo en cada golpe de la temporada”.

La temporada del LIV Golf vivió así un desenlace vibrante, con Rahm consagrándose como líder absoluto del proyecto y demostrando que, incluso sin victorias, su consistencia puede doblegar a rivales tan dominantes como Niemann. Ahora, el español ya mira hacia el Team Championship de Míchigan, donde Legión XIII parte como favorita. “Hemos jugado bien todo el año. Ahora toca rematar, aunque el match play siempre es complicado. Nuestra fuerza se nota en el largo plazo, en 18 hoyos. Espero que tengamos la oportunidad en los últimos nueve el domingo”; afirmó con ambición.

Arropado por una afición que llenó el debut de Indianápolis y que, según Rahm, “hizo del torneo algo especial”; el León de Barrika se despide de la fase regular del LIV con una gesta irrepetible: ser campeón del año sin levantar un solo trofeo. Un recordatorio de que en el golf, la grandeza también se mide por la constancia y la pelea incansable hasta el último golpe.

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