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El vizcaíno, ante una oportunidad el domingo de alzarse con su primer Major. Foto: @PGATour
La ventaja es grande y conforme está jugando Patrick Reed (67 golpes, -14) va a ser muy difícil meterle mano, pero Jon Rahm (65 golpes, -8) ya nos ha demostrado en más de una ocasión que está hecho de otra pasta, de ese material con el que son forjadas las leyendas. Solo así pueden explicarse sus últimos 27 hoyos, de donde el León de Barrika ha salido con la friolera de doce birdies sin errores. Datos sin lugar a dudas para la esperanza y que nos hacen soñar con que, a eso de las doce de la noche del domingo, su ídolo Sergio García le vista con la Chaqueta Verde.
Sería maravilloso, desde luego. Pero para llegar a ello el vizcaíno tendrá primero que sobreponerse a una última jornada de muchos nervios y a unos rivales que intentarán por todos los medios taponerle la escalada desde la cuarta plaza. Porque sí, pese a un inicio de torneo un tanto dubitativo -firmó 75 golpes, situándose incluso por detrás de José María Olazábal-, Rahm saldrá el domingo desde el segundo mejor partido del primer Major de la temporada gracias a una vuelta con la que consiguió dos cosas: una, igualar el resultado más bajo de la historia de un español en el Augusta National -que ahorá comparte con Seve y Álvaro Quirós-; y dos, entregar la mejor cartulina de la semana.
Así fue la espectacular tarjeta de Jon Rahm en la tercera jornada del Masters
Cinco birdies y un eagle han sido los causantes de que en unas horas se cite con Rickie Fowler (65 golpes, -9) para tratar de meterle presión a Rory McIlroy (65 golpes, -11) y al mencionado Reed, que ha hecho de los pares 5 su bastión -ha firmado dos eagles en el 13 y el 15 que le han permitido conseguir una cómoda ventaja- en lo más alto de la tabla clasificatoria. Un bonito día en el que volveremos a contar con un español peleando por la victoria en el icónico Augusta National.
Rafa Cabrera-Bello (74 golpes, +3), segundo y último español que ha accedido al fin de semana, ha vuelto a irse por encima del par y, pese a que ha dicho adiós a toda opción de vestirse de verde, dará guerra en su partido junto a Tiger Woods por subir unos cuantos peldaños con los que conseguir los puntos necesarios para volver a colarse en el Top 20 mundial.
