Un gallego y un balear, José Luis Adárraga y Toni Ferrer, con lugares de origen separados físicamente por muchos cientos de kilómetros entre sí, han unido su talento y esfuerzo para, en un mismo punto y momento, en el recorrido onubense de Doñana Golf durante el estreno del Campeonato de España de Profesionales – Trofeo Aceite Domus, distinguirse como los rivales a batir en una de las competiciones con mayor raigambre dentro del calendario golfístico español.
Sus respectivas propuestas para erigirse en los primeros candidatos al ansiado título de campeón de España profesional y, de paso, convertirse en rivales a batir por el resto de cualificados aspirantes, fueron simple y llanamente espectaculares. No en vano, arrancar seis golpes bajo par fue un ejercicio de finísima eficacia rubricada curiosamente por caminos bien distintos para confluir, eso sí, en el mismo punto al frente de la clasificación general.
José Luis Adárraga, inmerso en el grupo de la mañana, construyó su magnífica propuesta ganadora fundamentalmente en la recta final de su recorrido, un inicio relativamente tranquilo en la primera parte de la vuelta –dos birdies y un bogey, en el 9, su único error del día– antes de plasmar un juego huracanado, 5 birdies en 9 hoyos, que le condujo directamente al liderato, en ese momento en solitario.
Toni Ferrer, por la tarde, cabalgó a todo galope literalmente por el campo desde su mismo inicio, nada menos que siete birdies sin fallo antes de encontrarse de bruces, en su penúltimo hoyo, con su único error del día, ese punto del recorrido que, tanto en el caso del balear como en el del gallego, humanizó su espectacular propuesta ganadora.
Los dos, radiantes a distintas horas del día tras acabar sus respectivas jornadas, uno antes de comer, el otro bien entrada la tarde, compartían sensaciones. “Me he sentido muy sólido, muy a gusto. Me va el campo, aquí gané un Puntuable Nacional cuando era amateur y me trae grandes recuerdos. Lo importante es meter la bola en calle y no complicarse, porque si te vas ligeramente…”, argumentaba José Luis Adarraga.
“Feliz, muy feliz, siete birdies y un solo birdie es lo que producen. Estoy jugando bien, mejor de juego que de resultados en el Challenge, y se tenía que notar. Aquí, en Doñana Golf, si vas recto no tienes muchos problemas, y esta vez he ido muy, muy recto, así que…”, contraatacaba Toni Ferrer.
A la zaga de ambos, a casi menos que un suspiro, Vicente Blázquez, un clásico de este Campeonato de España de Profesionales –“sí, lo suelo hacer muy bien, es un torneo al que le tengo mucho cariño, muy importante para mí” –, puso por su parte la primera piedra de su particular ‘revival’, esa magnífica referencia construida el año pasado en este mismo campo, un segundo puesto que ahora aspira a mejorar.
El madrileño, con 68 golpes, sólo uno más que los colíderes, va a por todas mientras anunciaba que “en este campo sólo pego tres drivers, el resto son hierros, porque más vale asegurar. Esa estrategia me va bien y pienso dar guerra hasta el final”.
Las palabras de Vicente Blázquez, un fijo en las apuestas de futuro posible ganador, las corroboraba Carlos Pigem, cabeza de lista de un nutrido grupo de jugadores, nada menos que cinco, incluido el amateur Pablo Rodríguez-Tabernero, olé por él, que empatados en la cuarta plaza con 68 golpes no pierden ripio de cara a inminentes propuestas.
“Me hace mucha ilusión este torneo, me encantaría ganarlo. Para mí es un honor participar y acabar primero sería extraordinario”, aseveraba Carlos Pigem, una referencia española en el Circuito Asiático, unas impresiones que comparten al unísono quienes ya comienzan a perfilarse como nuevos campeones de España de Profesionales.