Esta parece la historia de nunca acabar. ¿Cuánto tiempo llevamos diciendo que la lentitud en el juego de algunos jugadores profesionales no se solucionará hasta que no haya sanciones realmente duras? Sin embargo, y pese a los muchos intentos, estos castigos ejemplares nunca llegan a producirse y se quedan simplemente en una sanción económica irrisoria –eso cuando la hay-. Así pues, ¿a quién pueden sorprender las palabras que el número 1 del mundo, Jason Day, ha pronunciado en la previa del SBS Tournament of Champions? El jugador australiano ha dicho en pocas palabras que le importa más bien poco si es catalogado como un jugador lento y que seguirá haciendo lo que sea mejor para su juego.
“Obviamente a nadie le gusta que le califiquen como a uno de los golfistas más lentos del mundo. Sin embargo, es algo que digo ahora, en sala de prensa. Cuando estoy en plena competición es otra historia, me olvido de estas cosas”, comentó el oceánico. “No me importa si la gente me llama lento o me dice si puedo jugar de tal o cual forma para ser mejor en este aspecto. Si necesito tomarme mi tiempo para pegar un golpe me lo voy a tomar. Después de todo, el año anterior solo fui metido on the clock en una sola ocasión”, aseguró.
Y lo cierto es que lleva toda la razón. Jason Day tan solo fue advertido en una ocasión durante el 2016 por violación del tiempo para realizar el golpe. Pero de ahí a decir que podría incluso ralentizar un poco más sus tiros va un trecho. “Todo el mundo quiere acelerar el juego. Es un tema muy socorrido en el golf, pero a mí me importa poco. Yo voy a hacer lo que mejor se acomode a mi juego. Si eso significa que tengo que irme hacia atrás cinco veces para recalcular el golpe, lo voy a seguir haciendo”, sentenció. Y si los espectadores se aburren, pues peor para ellos, le ha faltado decir. Y es que mientras los jugadores sigan mirándose el ombligo, poco se puede hacer.