Jon Rahm no fue el único jugador que se quedó con la miel en los labios este pasado fin de semana durante la disputa del ZOZO Championship. Y es que Justin Thomas, que salió en los últimos 18 hoyos con un golpe de ventaja con respecto al vizcaíno, acabó entregando la cuchara frente a Patrick Cantlay a pesar de un comienzo prometedor sobre la hierba del Sherwood CC californiano con tres birdies sin errores en las seis primeras banderas. Sin embargo, un único acierto de aquí hasta el final, unido al bogey en el 15 y a la gran ronda llevada a cabo por su compatriota, le acabaron dejando con el subcampeonato como mal menor.
Un resultado que tuvo como consecuencia directa que Thomas saliera a la rueda de prensa posterior con el ceño fruncido, consciente de haber dejado pasar una oportunidad de oro para seguir aumentando su vitrina de trofeos. El deportista de Louisville estaba enfadado consigo mismo y con las dificultades que está encontrando para concentrarse en los últimos tiempos -concretamente desde que los aficionados dejaron de acompañar a los golfistas en los campos-.
“Tengo que encontrar alguna manera de mantenerme más concentrado en próximos torneos”, reconoció el actual número 3 del planeta. “Puede parecer una locura lo que voy a decir, pero a veces es difícil mantener el instinto asesino sobre el campo con tanto silencio”, prosiguió. Aunque el norteamericano no quiso buscar excusas a por qué se le ha escapado su noveno torneo de las catorce ocasiones en las que ha entrado a los últimos 18 hoyos liderando la prueba. “Puede ser por muchas cosas. He hecho un birdie en los doce últimos hoyos, hacer par en los últimos nueve, jugar los pares cinco sólo uno bajo… Es un cúmulo de cosas”, sentenció.
Un bagaje que espera poder mejorar de cara al futuro que se avecina en las próximas semanas, con el Masters de Augusta en el horizonte y en plena lucha por el número 1 ahora que ha conseguido poner distancia con respecto al cuarto puesto.