No ha habido lugar para las sorpresas y los cuatro favoritos de cada una de las eliminatorias se citarán el domingo para los últimos encuentros del WGC-Match Play sobre suelo texano. Por la mañana, semifinales. Para la tarde quedarán el duelo por el tercer y cuarto puesto y la gran final en la que a buen seguro va a querer meterse Justin Thomas para alcanzar un nuevo hito en su corta carrera: arrebatarle el número 1 mundial a Dustin Johnson e iniciar su reinado.
En la tarde del sábado puso la primera piedra al derrotar, no sin dificultades, a Kyle Stanley -verdugo solo unos minutos antes de Sergio García– por 2&1. Un partido en el que le costó un mundo encontrarle las costuras a su compatriota, que no erraba por más que le sometiera a presión. Pero en cuanto se abrió la veda con el par 5 del hoyo 6, todo fue más sencillo para el de Louisville. A partir de ese momento el joven deportista no volvió a estar por detrás en el marcador ni un solo instante. Gracias en parte a las tres banderas ganadas consecutivamente en el 10, 11 y 12, que abrieron una brecha difícil de cerrar.
Así pues, Thomas se enfrentará en la primera semifinal con Bubba Watson, quien ha vuelto a dar sobradas muestras de que su mal momento ha quedado atrás. El golfista de PING acabó con la resistencia de Aphibarnrat (5&3) también en los nueve segundos hoyos, donde el norteamericano se hizo fuerte para ganar cinco de las seis banderas disputadas y marcharse a Casa Club sabiéndose uno de los cuatro mejores jugadores de la semana.
En la otra semifinal se verán las caras Alex Noren -único no estadounidense-, al derrotar a Cameron Smith por 4&2, y Kevin Kisner, que fulminó -y de qué forma- a Ian Poulter, que estaba cuajando un campeonato muy serio, al ganarle por 8&6 en un encuentro sin historia donde el inglés no fue capaz ni siquiera de conseguir ni un solo birdie.