Cuando parecía que las aguas habían vuelto a su cauce, el alemán se ha encargado de reavivar la llama de la polémica con unas declaraciones tras la disputa del Alfred Dunhill Links Championship de la pasada semana en Escocia. El jugador teutón, que participó en la Ryder Cup al ser una de las tres elecciones de Darren Clarke, se mostró muy molesto por el comportamiento que tuvieron algunos aficionados que se acercaron a disfrutar de unos días de golf en el Hazeltine National de Chaska (Minnesota) y, al igual que algunos pesos pesados del equipo como Rory McIlory o Justin Rose, no se mordió la lengua a la hora de criticar duramente a este tipo de personas.
“El noventa y cinco por ciento de la gente que se acercó al complejo fue muy correcta en todo momento”, manifestó el alemán. “Sin embargo, estas personas quedan empañadas por un grupo de idiotas que quiso ser el centro de atención. Lo que más me sorprendió es que muchas de estas personas que nos insultaban y nos decían toda clase de cosas iban acompañadas de sus hijos. Lo primero que pensé al verlos es el tipo de ejemplo que les estaban dando a los más pequeños con una actitud así. Es un poco chocante, porque los comentarios que se escuchaban eran bastante fuertes”, reconoció.
El día más duro se vivió el sábado, con un grupo de gente gritándoles toda clase de obscenidades a los McIlroy, Sergio, Pieters o al mismísimo Kaymer, un hecho que llevó a la organización a tomar medidas de última hora contra este tipo de gente. Así, el domingo se pudieron leer en el campo carteles que hablaban de la responsabilidad administrativa que recaería sobre aquellos que emplearan un lenguaje poco apropiado para minar la moral del equipo europeo.
“Algunos chicos dicen que a Estados Unidos le ocurre lo mismo cuando viaja a Europa. Yo tengo que desmentir categóricamente esta información. En Minnesota me han llamado cosas que nunca había escuchado en boca de los medios de comunicación… ni siquiera entre mis amigos. Ante este tipo de actos hay que actuar con prontitud. Se acompaña a la persona a la salida y nosotros seguimos disfrutando del golf”, sentenció.
Unas declaraciones que no hacen sino volver a encender un conflicto que se había apagado en los últimos días. Sin embargo, el equipo europeo es todo un clamor respecto a posibles venganzas futuras dentro de dos años: “En París, Europa demostrará el señorío asociado a este deporte”.