Ríos de tinta se han escrito en los últimos días desde que Rory McIlroy afirmó en una reciente entrevista que tenía la “corazonada” de que la Ryder Cup se iba a suspender. Después de todo, que una de las mayores bazas del bando europeo -si no la que más- haga público esto da rienda suelta a que la gente vierta cada vez más comentarios acerca de lo acertado o lo equivocado de la decisión. Sobre todo si después el hombre más importante del circuito europeo no es capaz de acallar los rumores y sus respuestas sólo sirven para enredar más la madeja.
En la última comparecencia de Keith Pelley se podía haber solucionado todo. Faltaba que el canadiense hubiese sido tajante sobre el tema, pero lo cierto es que titubeó. Y las redes se percataron enseguida. “No voy a responder si va a jugarse o si no va a jugarse la Ryder Cup como si dependiera de nosotros la decisión”, respondió en un primer momento, a lo que añadió unas palabras que hicieron a muchos quedarse con la mosca detrás de la oreja. “En estos momentos está en el calendario y a su debido tiempo mantendremos un diálogo abierto con nuestros colegas de la PGA de América”.
Es decir: que “de momento” sigue porque no ha habido una suspensión, pero no es descartable que en las próximas semanas -que ya entraremos en la cuenta atrás de cien días– un comunicado nos saque de dudas. Una solución que evitaría también enfrentarse al problema de cómo abordar la selección del equipo.
Y es que, desde que se reanude la competición en el European Tour, apenas habrá seis torneos hasta la fecha final de clasificación, lo que hace extremadamente difícil que algún jugador de los considerados fuertes se gane el puesto en el campo. ¿Que Harrington elija a los doce? Es una opción, pero parece bastante remota a tenor de algunos comentarios del bando europeo.