Si todo hubiese seguido según lo estipulado a comienzos de temporada, este pasado domingo se hubiese disputado la última ronda del Valero Texas Open sobre la hierba del TPC San Antonio y, como viene siendo una tradición desde el año 2011, habríamos vuelto a recordar aquel histórico hoyo jugado por Kevin Na con el que entró en el libro de los récords del campeonato texano. Sin embargo, todo ha quedado empañado por la crisis sanitaria a la que nos estamos enfrentando en el mundo entero.
Es por esto porque, para hacerles esta espera más amena, en lugar de dejarles simplemente con las imágenes de una de las grandes liadas de la década, les vamos a reproducir paso a paso lo que llevó al norteamericano a un increíble 16 en ese noveno hoyo y el cachondeo que tuvo con el público en ese momento -y es que, aunque no se lo crean, Na posee un gran sentido del humor incluso en ocasiones tan funestas como éstas-.
Todo comenzó desde el tee, cuando el deportista de las barras y las estrellas golpeó la bola fuera de límites. La recogió, volvió al tee y la envió al mismo lugar. Su cara era todo un poema. Once disparos le costó a Na salir de una situación en la que se había metido él solo sin ayuda de terceros. “Sinceramente, Kevin. No tengo ni idea de lo que estás haciendo”, le llegó a espetar en ese momento Kenny Harms, su caddie. “Ni yo”, replicó él, poco antes de hacerse la gran pregunta en esos momentos. “¿Vamos a poder contar todos los golpes? Porque yo no llevo la cuenta”. “No lo sé”, sentenció Harms.
Y vaya si lo hicieron. Un 16 se acabó apuntando Na, que recibió los aplausos del público nada más terminar el hoyo. De hecho, el año siguiente el americano le quiso rendir un sentido homenaje a ese recorrido y colgó la camiseta utilizada en esa cita en los árboles que le impidieron acceder al fin de semana doce meses antes.
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