Emiliano Grillo, Smylie Kaufman, Justin Thomas… Y ahora Kevin Kisner. Parece que entre primerizos anda el juego. Y es que el golfista de Aiken (Carolina del Sur) consiguió este fin de semana su primera victoria en el PGA Tour, un circuito en el que lleva compitiendo desde 2011 y que, hasta la fecha, solo le había visto conseguir un segundo puesto en el PlayOff de desempate en el RBC Heritage, en The Players –denominado el quinto Grande- y el Greenbrier Classic, todos ellos durante el año 2015. Pero estos años de sequía han llegado a su fin y, además, por la puerta grande.
Kisner no proporcionó opciones a sus rivales desde el inicio del evento, y ya desde el jueves dio síntomas de que éste iba a ser su torneo marcando una de las mejores tarjetas del día con cinco golpes bajo par y añadir el viernes otro -3 a su casillero. El estadounidense llegaba al fin de semana con un -8 en el total y con todas las opciones intactas. Y fue entonces cuando dio el arreón final.
Kisner acumuló un -12 entre el sábado y el domingo y nadie fue capaz de aguantarle el pulso. Ni siquiera Kevin Chappell, que se había postulado como gran rival después de haber aguantado en la primera posición durante los primeros 36 hoyos.
Tras ellos se situó Graeme McDowell. El norirlandés, que ya ganó hace siete días en el OHL Classic de Playa del Carmen (México), cuajó unos 72 hoyos marcados por la regularidad que, sin embargo, sirvieron de poco ante la demostración de fuerza de Kisner.
La próxima semana el PGA se dará un respiro y no será hasta el fin de semana del 5 y 6 de diciembre cuando el circuito norteamericano se desplace hasta Bahamas para jugar el Hero World Challenge, evento en el que Jordan Spieth inició su meteórico ascenso la temporada pasada.