18 hoyos para dar por finalizado el Arnold Palmer Invitational y todo por decidir sobre la cuidada hierba de Bay Hill. El primer evento del Rey sin el Rey ha hecho de la igualdad su mejor virtud y salvo sorpresa mayúscula contará con emoción hasta el último instante. Y es que los diez primeros clasificados se encuentran en cinco golpes de distancia, unos números salvables para cualquiera de los colocados en las primeras plazas del evento –y más aún después de lo visto este sábado en el complejo de Orlando (Florida)-.
No hay más que ver al estadounidense Kevin Kisner (68 golpes, -11), con el que apenas nadie contaba antes de iniciar la ronda, que se ha colocado por méritos propios en el coliderato del campeonato después de un día en el que solo falló al comienzo y en el final de su vuelta. Dos bogeys en los hoyos 2 y 18 echaron por tierra toda la vuelta llevada a cabo entre esas dos banderas, en la que consiguió seis birdies con unas estadísticas de calles tomadas muy por encima de la media –rozó el 93 por ciento-.
Junto a él, su compatriota Charley Hoffman (71 golpes, -11) ha dejado claro que lo vivido el viernes no fue flor de un día. El deportista de San Diego sigue restándole golpes al campo tras un final con mucho éxito –sumó birdies en cada uno de los tres últimos hoyos- que le ha servido para ejercer la ley de la compensación después de un traumático comienzo de día, donde dos bogeys en sus dos primeras intentonas le colocaron en una situación de desventaja respecto a sus rivales.
Pero que no se despisten mucho, que por detrás llegan hombres de la talla del inglés Tyrrell Hatton (67 golpes, -8) o del irlandés Rory McIlroy (65 golpes, -6), autor junto a su gran amigo Rickie Fowler (65 golpes, -5) de la mejor vuelta en esta jornada. El europeo, uno de los grandes favoritos a conseguir el Grand Slam dentro de un par de semanas en Augusta, reventó los guarismos con siete birdies sin fallos que le dejan la puerta abierta al triunfo. Y es que cosas más complicadas se han visto…