Entramos ya en faena con el Campeonato del Mundo que comenzará en solo unas horas en Ciudad de México. Una semana en la que los jugadores disfrutarán, además de una nueva sede en el circuito –recordemos que el campo mexicano ha sido el sustituto de Doral, el complejo de Donald Trump en el que se venía disputando con regularidad este evento-, una nueva manera de jugar al Golf. Esto al menos es lo que intuimos al cerciorarnos de que el Club de Golf Chapultepec se encuentra a una distancia de ¡2371 metros sobre el nivel del mar! Algo que influirá y mucho en el desarrollo de las rondas.
Para que se hagan una idea: la altitud en la capital mexicana es más del doble que en Ávila, la provincia española donde la altitud es mayor. Sí, vale que no sea El Alto, en Bolivia, la ciudad más alta del mundo con 4150 metros, pero esta circunstancia tendrá un gran impacto en el vuelo de la bola, según hemos podido conocer a través de las opiniones de algunos expertos y, sobre todo, de los jugadores. “Vivo a más de 2400 metros de altitud y sé que si jugaba cerca de mi casa todos los días mi equipo se vería afectado por la manera en la que se perciben las cosas allí abajo”, ha señalado en una entrevista concedida a Golf Channel Justin Leonard, ganador de 12 torneos en el PGA Tour.
“Creo que durante las primeras horas, el martes y el miércoles, se verá a muchos chicos haciendo ajustes con sus driver, porque no terminarán de ver volar bien la bola. Y es que en sitios tan altos la pelota no gira tanto y no coge tanto efecto”, comentó el texano. Un problema más con el que tendrán que lidiar los jugadores, pues el lugar más equiparable en el que se ha disputado un evento del PGA Tour fue en 2014, cuando el Cherry Hills Country Club de Denver acogió el BMW Championship a unos 1600 metros sobre el nivel del mar.
“Hacer volar la bola se convierte un poco en un juego de matemáticas”, explicó por aquel entonces Rickie Fowler, quien logró un cuarto puesto. Y es que bajo estas condiciones la bola alcanza entre un diez y un quince por ciento más de vuelo, algo que pudo comprobar Rory esa misma semana, quien se iba casi a los 350 metros con su madera 3. ¡350 metros! Más le vale tener el campo libre estos próximos días antes de lanzar uno de sus misiles con el driver.
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