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El español se queda lejos de la cabeza tras un +4 después de 36 hoyos. Foto: @OpenGolf.es
Si hace dos semanas rendíamos homenaje al buen hacer de Jon Rahm (74 golpes, +4) en el Memorial, en esta ocasión no podemos más que lamentarnos por el discreto papel que está llevando a cabo el León de Barrika sobre la hierba del TPC Southwind. Y es que el español, que salvo milagro continuará el lunes ostentando el cetro de líder mundial –Rory (66 golpes, -1) ha mejorado sus guarismos, pero se encuentra a diez golpes del liderato-, ha protagonizado un segundo día de WGC-FedEx St. Jude Invitational en el que incluso se le vio más impreciso que hace 24 horas, lo que le ha causado un perjuicio en la tabla de difícil reparación.
Jon entregó una cartulina con tres birdies, un bogey y tres doblebogeys para marcarse un doloroso cuatro sobre par en la jornada y deslizarse sin remedio hasta el Top 62 llegado el ecuador del evento, muy lejos de las primeras plazas y dejando muy fríos a todos aquellos que esperaban ver al vizcaíno dominador que salió a relucir en Muirfield Village. Un resultado que se une al presentado por Rafa Cabrera Bello (74 golpes, +7) -y eso que inició con un birdie su incursión este viernes- y que envían al grancanario directo al T76, uno de los últimos lugares de la tabla.
Pero no a todos les ha sentado mal el cambio de los horarios como consecuencia del mal tiempo que se avecinaba. Sergio García (71 golpes, -2) firmó una tarjeta por encima del par, sí, pero supo corregir a tiempo una ronda en la que se había llegado a colocar en algunos momentos con un +3 en el día para calmar las aguas a base de paciencia y buen juego. Así, un buen birdie final tras un putt desde dos metros ha permitido al castellonense quedarse en el Top 21 y seguir la estela de una zona noble de la que se sitúa a sólo tres golpes.
Ahora bien, el podio es harina de otro costal. Aquí, Brendon Todd (65 golpes, -11) ha continuado con el ritmo de aciertos para seguir aventajando en dos golpes a Rickie Fowler (67 golpes, -9), quien participará en el último envite de un torneo mucho tiempo después. Y es que lo del californiano con los WGC es digno de estudio.
