A pesar de las muchas advertencias de fiereza que traía consigo The Renaissance Club, el campo escocés ha terminado por ser pasto de un field de altos vuelos que ha destrozado su recorrido en estos primeros 18 hoyos. Y a las pruebas nos remitimos. De los 156 jugadores que han tomado la salida este jueves solo veinte han entregado tarjetas con guarismos en positivo, algo que habla especialmente bien de todo lo que han dado de sí estas primeras horas del Scottish Open, torneo previo al cuarto y último Major de la temporada.
Un evento que, dicho sea de paso, ha comenzado extraordinariamente bien para los intereses de la Armada. Sobre todo para Gonzalo Fernández-Castaño (66 golpes, -5) y Rafa Cabrera Bello (66 golpes, -5), que han hecho acopio de birdies para establecerse en el Top 18 y quedarse a solo tres golpes del cuarteto formado por los italianos Nino Bertasio (63 golpes, -8) y Edoardo Molinari (63 golpes, -8), el francés Romain Wattel (63 golpes, -8) y el estadounidense Matt Kuchar (63 golpes, -8), que se perfila como uno de los nombres a tener en cuenta en el campeonato.
Mientras que el grancanario ha logrado su cinco bajo par gracias a una vuelta inmaculada en la que ha acumulado cinco birdies sin fallo, el madrileño lo ha hecho después de un comienzo estratosférico con seis birdies sin errores en las ocho primeras banderas que ha terminado por reducirse hasta el -5 por culpa de un bogey final en el 18. Pero no son los únicos en asomarse a la parte alta del torneo. Adrián Otaegui (67 golpes, -4) y Pablo Larrazábal (67 golpes, -4) se han servido de dos rondas radicalmente opuestas para alcanzar el Top 29 y quedarse en una posición cómoda para intentar sellar su participación el fin de semana.
Así como Nacho Elvira (68 golpes, -3), Álvaro Quirós (69 golpes, -2) y Jorge Campillo (69 golpes, -2), que se quedan bordeando la zona de corte y tendrán que poner toda la carne en el asador si quieren estar el fin de semana en el país británico.