Pocas veces algunos de los mejores jugadores del planeta se habían encontrado tan frustrados como lo estuvieron este fin de semana sobre la hierba de Bay Hill. Bogeys y doblebogeys se dieron la mano para instalarse en las cartulinas de la práctica totalidad de los jugadores, lo que terminó desesperando al más pintado. Es por esto que, cuando se veía un buen tiro, había que celebrarlo con efusividad. Y a las pruebas nos remitimos con este grandísimo birdie de Bryson DeChambeau en la última bandera del torneo. Un disparo buscando trapo desde el rough que le valió terminar en el cuarto lugar.