Se enrareció el ambiente en el Golf Club St. Leon Rot de Heilderberg en Alemania en la mañana del domingo durante el último de los tres partidos aplazados de los fourballs del sábado. Y todo por una decisión que probablemente traerá un arrepentimiento en los próximos días, o quizás no.
Pero vayamos por partes. Ya habían finalizado los otros dos partidos y el marcador señalaba un 9 ½ para las europeas por un 5 ½ para las estadounidenses con Suzann Pettersen y Charley Hull y la novata Alisson Lee y Brittany Lincicome en el green del 17 y con el marcador empatado.
Lee tiraba para ganar el hoyo y ponerse uno arriba pero su putt se quedaba a poco más de 30 centímetros del agujero por lo que en teoría debían de salir empatadas al 18. La sorpresa vino para las estadounidenses cuando oyeron cantar al árbitro 1 up para las europeas.
Y es que, en lo que creemos fue una mala decisión por parte de Suzann Pettersen, la noruega no concedió el hoyo a la joven Lee por lo que quedó decantado de parte de las europeas y finalmente el punto que dejaba el marcador en un definitivo 10 a 6 a falta de los 12 individuales. Recordemos que Europa necesita de 14 puntos para retener la Copa Solheim dada su condición de campeona actual y que EE.UU. necesita de medio 14 puntos y medio para coonquistarla.
Según se pudo oir y ver finalizado el encuentro, la noruega no paraba de decir que jugaba con las reglas, algo que choca frontalmente, en este caso, con el espíritu que debe presidir esta competición. Solo habría que preguntarle a Pettersen cuantos putts desde esa distancia le fueron concedidos y cuantos concedió. Y un detalle más, lejos de esperar a que pateara la americana la dupla europea enfiló el tee del 18, signo de concesión.
Quiénes no pudieron contener las lágrimas fueron la propia Lee y la inglesa Hull a las que tuvieron que arropar y consolar sus compañeras.
Y es que no todo vale para ganar.
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