Que no son buenos tiempos para la lírica es una frase que le viene que ni pintada al australiano Steven Bowditch desde hace más de un año. Y es que poco o nada queda de aquel golfista que sorprendió al mundo entero en 2014 y 2015, cuando consiguió vencer en el Valero Texas Open y en el AT&T Byron Nelson, respectivamente. Sobre todo desde este último, pues sus tres años de excepción en el circuito norteamericano están cerca de concluir y va a necesitar más que un milagro para poder recuperar la tarjeta. No es que le tengamos manía, pero es que los datos hablan por sí solos.
Desde el comienzo de la temporada pasada Bowditch ha jugado 30 eventos en el PGA Tour, de los cuales solo ha pasado el corte en 11 –y eso contando con que en tres de esos torneos no podía caer eliminado antes de tiempo al tratarse de campeonatos mundiales-. “Está atravesando una mala racha”, pensarán algunos. Pero es que la mala racha le ha llevado a irse por encima de los 80 golpes en más de una ocasión –de hecho, en OpenGolf ya le dedicamos el pasado mes de marzo un monográfico tras batir un récord de hacía más de tres décadas en Doral: acabar las cuatro rondas por encima de las ocho decenas de golpes-.
El australiano al comienzo se lo tomó en broma. El ejemplo más claro es el jocoso comentario a través de Twitter después de haberse ido por encima de los 80 durante dos rondas en el Bridgestone y coincidir con que le hicieron un test antidroga. “El tour no puede creer que haya acabado por encima de los 80”, publicó en Twitter adjuntando la copia de haber participado en los test. Pero la racha es preocupante y podría acabar sin tarjeta en menos que canta un gallo si no le da un giro de 180 grados a la dinámica. No hace falta comentar que en el RSM Classic que finalizó este lunes con la victoria del rookie canadiense Mackenzie Hughes quedó último ¡con 22 golpes por encima del par en solo dos rondas!
Su historial este pasado fin de semana fue terrible. Doce bogeys, tres doblebogeys, un cuádruplebogey y un quíntuplebogey lo contemplan. Tan solo tres birdies y un eagle actuaron a su favor. Un resultado que le dejó a diez impactos del estadounidense Tim Weinhart, penúltimo clasificado, y a 39 del grupo que disputó el PlayOff de desempate entre el domingo y el lunes. Una locura. Todavía tiene margen de mejora pero uno de sus últimos tweets define a la perfección sus últimos meses en el campo: “Nunca hago el mismo error dos veces. Necesito hacerlo cuatro o cinco para estar seguro”. Que ni pintado.
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