Nadie pone en duda de que si hubo un jugador en el pasado ZOZO Championship que resultó ganador por goleada en cualquier acepción de la expresión fue Tiger Woods. Pero siempre que hay triunfadores también está presente la cara menos amable de este deporte: los perdedores. Y aquí, aunque no participó en el torneo nipón, hubo otro golfista que encarna perfectamente a estas horas esta etiqueta: Brooks Koepka. Y es que el número 1 del mundo, que se retiró la semana pasada durante su participación en la CJ Cup coreana, tiene en vilo al mundo del Golf en general por culpa de su rodilla -máxime cuando hemos conocido hace escasas horas que declina participar en el WGC-HSBC-.
Una lesión a la que todo su staff técnico responde con secretismo cada vez que es preguntado y que se agrava un poco más al conocer que la rodilla implicada fue la misma que el pasado mes de agosto sometió a un tratamiento con células madre para reparar un tendón rotuliano parcialmente roto. De hecho, los únicos datos que tenemos acerca de ella son que fue provocada en Corea como consecuencia de un resbalón y lo que hizo público hace unos días el propio Tiger, capitán del Team USA en la próxima Presidents Cup.
“De momento, estamos a la espera de qué le dicen los cirujanos y de qué medidas tomará en el futuro inmediato. Está pidiendo diferentes opiniones sobre el estado de su rodilla y cuáles son las opciones. Pasé por lo mismo tanto con la rodilla como con la espalda. Uno desea tener tantas opiniones como sea posible antes de tomar una decisión”, confirmó el quince veces ganador de Majors, que en su conversación con BK le dejó un mensaje de apoyo.
“Le dije que no había prisa, que iba a formar parte del equipo pasara lo que pasara. Lo que tiene que descubrir ahora es qué es lo mejor para su carrera y su rodilla. Si decide que puede jugar, genial. Si no puede, lo entenderé y tomaremos la mejor decisión cuando llegue el momento”, sentenció Woods. Unas palabras que abren -más si cabe- la rumorología sobre el estado de salud del número 1 americano.