La grandeza de un jugador se aprecia en momentos como este. Tiger Woods finalizó el sábado con 67 golpes, postulándose a la victoria en el Valspar y volviendo a despertar en los espectadores una sensación que creían que no vivirían de nuevo. Solo hay que fijarse en los niños, que se agolparon en la parte final del recorrido con la esperanza de que su ídolo le firmara la gorra, para ver cuánto bien le proporciona a nuestra deporte el regreso de la leyenda californiana.
Y si tenemos que quedarnos con uno nos quedamos con este, que alucinó en colores cuando su jugador preferido le estampó su autógrafo a solo un metro de distancia.
An autograph from @TigerWoods?
A dream come true. ?? pic.twitter.com/e2Sovcttd9
— PGA TOUR (@PGATOUR) 9 de marzo de 2018