Lágrimas de campeón: Bubba se echó a llorar tras recordar el calvario de los dos últimos años

El jugador de Florida charló con los medios una vez se confirmó su décima victoria en la gira y, entre otras cosas, confesó que estuvo muy cerca de la retirada al pensar que su tiempo había tocado a su fin

El bombardero zurdo no pudo contener la emoción tras ser preguntado por los últimos meses de juego.

No son de extrañar las lágrimas de Bubba Watson tras su tercer triunfo sobre la hierba del Riviera CC si conocemos todo por lo que ha pasado el golfista de Florida en los últimos 24 meses. Desde una enfermedad que no se dio a conocer y que a punto estuvo de acabar con su carrera, pasando por problemas familiares e incluso un cambio de bola que no le sentó muy bien a su juego. Los dos últimos años han resultado ser para él los más convulsos de su dilatada carrera, lo que se escenificó en la caída en picado en el ranking mundial.

Desde su no elección como miembro del equipo de la Ryder Cup en la recta final de 2016 -momento en el que ocupaba el séptimo escalón de la clasificación global-, el norteamericano no había hecho más que bajar y bajar hasta situarse en el punto más bajo desde que se convirtió en profesional. De hecho, Bubba Watson se presentaba al Genesis Open como número 117 del planeta, lo que muchos catalogaban como una señal de que sus días con los palos estaban llegando a su fin.

“Durante muchas semanas me pregunté si alguna vez volvería a ganar… E incluso pensé en la retirada. Estuvo cerca, pero mi mujer me dijo que dejara de lloriquear y que me centrara en jugar. Ella es mucho más dura que yo. A mí me cortan con un papel y estoy de baja una semana”, bromeó el deportista solo unos minutos después de dar el golpe decisivo que le llevó a conquistar su décimo torneo en el mejor circuito del planeta.

“Lo cierto es que cuando empecé en esto nadie se podía imaginar que un tal Bubba Watson que venía de Bagdad (Florida) llegaría a estos números. Seamos sinceros. Tenía muchísimos defectos, ¿sabes? Si a mí me lo hubiesen dicho hace unos años no hubiese hecho otra cosa que reírme”, confesó el bicampeón de Augusta, que ahora tiene un objetivo entre ceja y ceja: “Quiero jugar una Ryder Cup y quiero ganarla. He estado hablando con Jim esta semana sobre la posibilidad de ser asistente y su respuesta ha sido que no, que soy demasiado bueno y que tengo que estar jugando”, sentenció. Una magnífica noticia para este deporte.