El jugador de 30 años vivió un comienzo de ronda increíble -cuatro birdies sin error en las seis primeras banderas- que le permitió tomar una distancia insalvable para sus rivales desde el inicio
Prometía ser un domingo duro, lleno de emoción hasta el último instante a tenor de cómo se había desarrollado la jornada del movimiento de este Valero Texas Open. Pero la igualdad duró poco sobre la hierba del TPC San Antonio. Lo que tardó Andrew Landry (68 golpes, -18) en convertir cuatro birdies sin error en las seis primeras banderas para despegar en lo alto de la tabla y mirar por el retrovisor a Zach Johnson (72 golpes, -13) y Trey Mullinax (69 golpes, -15), que no pudieron hacer nada por impedirlo.
A partir de aquí poco importaron las doce banderas restantes. Y es que Landry se limitó a jugar un Golf conservador a sabiendas de que sus rivales no tenían el día –Mullinax no dio sensación de peligro hasta casi acabar su ronda y O’Hair (66 golpes, -15) irrumpió con fuerza desde la quinta plaza encontrándose muy lejos del flamante vencedor del evento-.
Poco importó que Landry sellara con un bogey su paso por el hoyo 11, él ya había hecho su trabajo para asegurarse el triunfo y los pares fueron cayendo uno tras otro hasta finalizar el 18 en la primera posición. Así pues, el texano se lleva a su casa la primera victoria de su carrera en el mejor circuito del mundo toda vez que el pasado mes de enero Jon Rahm le privó de estrenarse en la gira con un triunfo en el cuarto hoyo del PlayOff del CareerBuilder Challenge.
En otro orden de cosas fantástico papel del debutante chileno Joaquín Niemann (67 golpes, -12), que volvió a irse hasta los 67 impactos con cuatro birdies en los últimos cinco hoyos para finalizar en la sexta posición en solitario y darse la primera alegría en su etapa profesional.
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