Sufrió lo indecible en esta cuarta y última ronda del Houston Open, pero finalmente todo esfuerzo tiene su recompensa. Nos estamos refiriendo al norteamericano Lanto Griffin (69 golpes, -14) quien, tras un enorme trabajo en los últimos 18 hoyos, ha estrenado su casillero de victorias en el PGA Tour después de los dos triunfos que había cosechado durante su carrera en la división de plata del mejor circuito del planeta. El jugador de 31 años, que salió a la ronda final con la obligación de defender el golpe que tenía de ventaja, cuajó un día a prueba de fallos que le permitió salirse con la suya para situarse momentáneamente al frente de la FedEx Cup.
Una vuelta en la que, dicho sea de paso, hubiese sufrido menos si llega a mostrarse con un poco más de tino en los metros finales. Pues a pesar de lograr cinco birdies durante el transcurso de su ronda, su buen día con los hierros le permitió dejarse varias oportunidades para haber puesto el punto final mucho antes. Con cerca de un 90 por ciento de acierto en greenes en regulación y de casi el 80 en cuanto a calles cogidas, el californiano tuvo que esperar al hoyo 16 para que todo empezara a decantarse.
Y es que con un empate en el marcador entre Griffin y Hubbard (69 golpes, -13), ambos llegaron a este par 3 con la esperanza de no salir demasiado perjudicados en una bandera que se antojaba complicada debido a la situación a la que llegaban los dos jugadores. Sin embargo, un putt de diez metros por parte de Griffin para birdie le dio a éste el impulso que necesitaba para los dos hoyos finales. Una banderas en la que su único objetivo era atar en corto a su rival de partido para proclamarse campeón. Y así fue como Lanto comenzó a escribir este cuento de hadas en los primeros compases de la temporada en el PGA Tour.
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