Como si se tratara de una película de suspense, llegó la tormenta este domingo al campo -y eso que incluso se adelantaron los horarios para que esto no ocurriera- en el momento justo. Tras la reanudación, Lee debía convertir un putt de cinco metros si quería evitar el bogey y situarse con dos de ventaja sobre Burns con dos hoyos por jugar. No lo consiguió y la situación se apretó en el par 3 del 17 después de que el americano dejara la bola a unos cuatro metros del hoyo en una buena oportunidad de birdie. Pero entonces, bajo presión, el surcoreano demostró sus hechuras dejando la bola dada para finiquitar el campeonato.