
Tres horas necesitó el grupo de cabeza del Valero Texas Open en la ronda final para finiquitar los primeros nueve hoyos del recorrido. Ese fue el motivo por el cual los árbitros del Circuito, reloj en mano, se pusieron a controlar el ritmo de juego.
Fue la imagen del día y perfectamente podría ser de la semana. Esperemos que este sea el principio para acabar con esa plaga llamada juego lento.






