Si hay alguien que conoce Sedgefield como la palma de su mano -ya lo demostró el año pasado entregando la novena tarjeta por debajo de los 60 golpes en toda la historia del PGA Tour– ese es Brandt Snedeker (64 golpes, -6). El jugador estadounidense, que defiende título en el Wyndham, ha iniciado con buen pie la edición de 2019 gracias a una increíble vuelta con seis birdies sin errores que le han permitido ocupar el séptimo lugar de la clasificación con solo 18 banderas disputadas.
Pero más allá de los números están sus sensaciones. Y es que, a pesar de que no tuvo el mejor de los días desde el tee -tan sólo capturó el 42 por ciento de calles cogidas-, su enorme tino con los hierros -rozó el 80 por ciento de greenes en regulación- y sobre todo con el putter -le ganó en este apartado más de 3,5 golpes de media con respecto al resto de golfistas- han posibilitado que Snedeker sea en estos momentos uno de los más claros aspirantes a revalidar el título.
Eso con permiso de Byeong Hun An (62 golpes, -8) y Sungjae Im (62 golpes, -8). Los surcoreanos se han convertido este jueves en los primeros líderes de la tabla después de calcar las tarjetas con ocho birdies sin errores en ambos casos y aventajar en un impacto a un grupo perseguidor en el que destaca la figura del eslovaco Rory Sabbatini (63 golpes, -7). El deportista nacido en Sudáfrica lleva tentando desde hace tiempo la posibilidad de convertirse en el primer ganador del PGA Tour de su país de adopción y no perderá la ocasión de hincarle el diente al campo si tiene la más mínima ocasión.