No es por querer llevar la contraria, pero en esta ocasión aquella frase hecha anglosajona que reza aquello de no news, good news no puede aplicarse a este tema -al menos si se forma parte del LIV-. Y es que, en una especie de reinterpretación de Esperando a Godot, la gira de nuevo cuño continúa deshojando las margaritas con la esperanza de que el OWGR dé una respuesta a sus peticiones de poder contar con puntos del ranking mundial más pronto que tarde. Mientras, todos aquellos jugadores que cruzaron el Rubicón continúan bajando enteros en la clasificación mundial y a algunos ya cuesta trabajo encontrarlos en un maremágnum de nombres.
Cierto es que, debido a la asociación de la gira árabe con el Asian Tour y la aparición en este circuito de las International Series, algunos han podido sumar algún que otro punto en los últimos meses para poner fin a la racha en blanco desde que abandonaran el PGA Tour. Pero tampoco ha sido para tirar cohetes. Al caer tanto los miembros del LIV en el OWGR, estos campeonatos apenas han podido contar con una fortaleza acorde a los nombres y se han retroalimentado para que un triunfo en esos eventos apenas tuviera trascendencia en la tabla clasificatoria -que se lo digan a Abraham Ancer, vigente campeón del PIF Saudi International-.
De esta manera, desde que el LIV entrara en juego con un evento en Londres en julio de 2022, la caída en picado de los miembros de este circuito ha sido vertiginosa, poniendo en peligro sus futuras presencias en los Grandes -aunque, de momento, Augusta National les ha tendido la mano en la edición de 2023-. Así pues, podemos encontrar casos tan sonados como los del ex número 1 del mundo Dustin Johnson, quien ha pasado de encontrarse en el T15 antes de abandonar el tour que preside Jay Monahan a ocupar el T62 en la actualidad o el de Bryson DeChambeau, quien ha perdido cien plazas desde que decidiera dar el salto -del T31 al T131-.
En una situación similar encontramos a Sergio García, quien ha perdido 87 lugares para deslizarse del T57 al T144. Aunque nada comparable con el vuelco vivido por Phil Mickelson, que ha pasado de ocupar un puesto en la primera página de la tabla a bajar hasta el T352. En definitiva, una escabechina clasificatoria ante la que algunos golfistas se están poniendo nerviosos de cara al medio plazo.
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