Hace ya algún tiempo que muchos actores del panorama Golf reclaman otro reparto de los puntos en lo referido al ranking mundial. La ponderación de los diferentes circuitos y, sobre todo, de los distintos tipos de torneos está siempre en el sentir popular sobre todo cuando un peso pesado norteamericano comienza a caerse de los primeros puestos. Aunque no necesariamente tiene que verse implicado un Top mundial para que salten las alarmas sobre todo lo que pondera un Major, por ejemplo.
De hecho, esta semana la discusión ha surgido a raíz del resultado de Brooks Koepka en el cuarto y último Grande del año. El “tirano de los Majors” -que este curso ha conseguido nada más y nada menos que una victoria, dos subcampeonatos y un cuarto puesto– ha logrado tantos puntos sumando los Grandes de las dos últimas temporadas que podría haber hecho carrera habiéndose cogido vacaciones el resto del curso. 342,38 puntos hubiese obtenido el deportista de las barras y estrellas en estos ocho eventos, un resultado que lo hubiese elevado a la segunda posición del podio, solo por detrás de Dustin Johnson.
Sí, entendemos que es un ejercicio de ciencia ficción, pero aplicándole el divisor 40 -el mínimo a aquellos que no han jugado en los dos últimos años el mínimo de torneos- saldría un coeficiente de 8,56, unos números que seguro no pasan desapercibidos para el propio Koepka, quien ha reconocido en más de una ocasión que cuando se trata de campeonatos regulares ni siquiera se molesta en jugar sobre el terreno rondas de práctica.
Y a las pruebas nos remitimos. Después de terminar segundo en el US Open, el golfista de Florida terminó en el T57 y el 65º puesto en el Travelers y el 3M Open, respectivamente, datos que llaman a la reflexión y que invitan a pensar que, si no fuera por la obligación de disputar un mínimo de torneos al año, quizá se dedicaría en exclusiva a prepararse para cuatro semanas por temporada… e igual no le iría del todo mal.