Menuda papeleta que se le viene encima esta próxima semana al capitán del barco estadounidense para la Ryder. Y es que, tras no nombrar a Bubba Watson para que formara parte del equipo en ninguna de sus tres primeras selecciones, Davis Love III se encuentra entre la espada y la pared en relación a la última wildcard que deberá entregar el próximo lunes 26 de septiembre. La razón es bien sencilla. El golfista de PING es en estos momentos el séptimo mejor jugador del mundo, y alguna buena excusa debería poner para que el bicampeón del Masters de Augusta no engrosara la lista de los doce estadounidenses que acudirán a Hazeltine.
Cierto es que las ganancias del golfista esta temporada –se quedó, aproximadamente, a unos 150.000 dólares- le han alejado bastante de cualquier posibilidad de clasificación automática para la Ryder, pero confiaba en su historial y su caché para obtener la redención por parte de Love, algo que todavía no se ha producido y que no hay muestras claras de que vaya a darse. Aunque una vez elegidos JB Holmes, Matt Kuchar y Rickie Fowler –los tres golfistas que se encuentran justo detrás de él en la clasificación-, ¿qué le queda al capitán para elegir si no es a Bubba?
Justin Thomas, Daniel Berger, Jim Furyk o hasta el mismísimo Tiger Woods son solo algunos de los nombres que están sobre la mesa –situación muy curiosa viendo el lugar de la clasificación que ocupan unos y otro-. Tan extraño parece todo que hay alguno que se ha aventurado a decir que podría haber algún tipo de rencilla personal entre el jugador y el capitán. Pero la hipótesis que cobra más fuerza es la que se encargó de defender hace unas horas Lee Westwood a través de una entrevista en el Daily Mail.
“Davis habla mucho de la química del equipo y de que quiere que durante siete días sean una gran familia. Por lo que cuando dejas de lado a alguien en el Top 10 mundial estás dando el mensaje de que no sabrías cómo podría encajar esa pieza dentro de tu puzle”, afirmó el británico. Asimismo, a esto hay que sumarle que Bubba no es el tipo más popular del PGA Tour y que sus registros en la Ryder son muy discretos –tres victorias y ocho derrotas-. Pero qué narices, ¡es el número 7 del mundo!
Mientras tanto él sigue entrenando para llegar en condiciones al Tour Championship, último evento de la temporada americana en el que compiten los 30 mejores clasificados en la lista de la FedEx Cup, y declara su ilusión por formar parte del equipo: “Quiero jugar la Ryder. Mis dos grandes objetivos este año eran estar en los Juegos y en la Ryder. Me he preparado a conciencia para ello y deseo con todas mis fuerzas jugar en Hazeltine”, confirmó el jugador hace solo unos días.
Love deshojará hasta el final la margarita. Esperará por si hay alguien que destaque en East Lake esta próxima semana y, de no ser así, podría verse obligado a recurrir al de Florida.