Las gallinas que entran por las que salen o, dicho de otra manera, tres de los integrantes de la Armada se apean de este tren llamado British Masters y otros tres continúan formando parte de un torneo que nos deja con el sabor agridulce de haber podido disfrutar solo de 36 hoyos del maestro Olazábal. El guipuzcoano tenía una tarea complicada este viernes con la obligación de firmar una cartulina por debajo del par para seguir la estela de los mejores el fin de semana, y aunque puso todo de su parte -y a punto estuvo de lograrlo- un molesto doblebogey en su doceava bandera del día le ha privado de la meta.
Hasta ese momento había sorteado con habilidad este The Grove. Marchaba al par en el día y solo dos birdies le separaban del objetivo. Pero no pudo ser. El doblebogey le pilló a contrapié y ya no tuvo tiempo de reaccionar. Aún así acabó su andadura con un birdie en el 17 para poner el +3 en su marcador y despedirse con una media sonrisa de Hertfordshire. Aunque para sonrisa la del cacereño Jorge Campillo (-5), a quien una grandísima ronda con un eagle, cinco birdies y solo dos bogeys le ha permitido situarse entre los 20 mejores jugadores del evento, a solo seis golpes del inglés Richard Bland (-11), líder en solitario en Casa Club.
Pero el extremeño no estará solo esto dos últimos días de competición. Le acompañarán el barcelonés Pablo Larrazábal (-2), que al igual que ayer ha entregado una tarjeta con un impacto por debajo del par del campo, y el madrileño Alejandro Cañizares (Par), que se bastó de un buen inicio con tres birdies sin errores en sus 12 primeros hoyos para reponerse del varapalo de ayer y continuar vivo en el penúltimo torneo de la temporada regular en el European Tour.
Quienes no pueden decir lo mismo, además del mencionado Olazábal, son el andaluz Álvaro Quirós (+6) –no le salió prácticamente nada- y Eduardo de la Riva (+8), con una tarjeta plagada de errores que han echado por tierra el gran trabajo de las primeras horas.