A pesar de que actualmente es la vigente campeona del CME Group Tour Championship, Lydia Ko no va a poder defender el título esta semana sobre la hierba del Tiburón Golf Club de Naples (Florida). La jugadora neozelandesa no ha podido igualar los registros de la pasada temporada -logró un total de tres victorias en el 2022– y ha pasado un curso sin pena ni gloria en el que ha finalizado en el puesto número cien de la orden del mérito.
Un resultado cuya primera consecuencia es que no va a poder formar de un field en el que solo se encuentran las mejores jugadoras del año, pero ante el que podrían llegar más cambios. Y es que, según ha confirmado la propia jugadora oceánica una vez finalizó The Annika Driven, podría encontrarse ante la etapa final de su carrera. Una noticia que, lejos de sorprendernos, nos lleva a sus comentarios de hace una década coincidiendo con su debut en la LPGA, donde confesó que no jugaría más allá de los 30 años.
Y ahora, después de 19 triunfos en la LPGA -incluidos dos Major– y de más de cien semanas como número uno del planeta, Ko empieza a marcarse como meta conseguir de una vez por todas el acceso al Salón de la Fama y así poder retirarse con su nombre entre los mejores de la historia. Para que esto suceda le faltarían dos triunfos en torneos regulares o un título en uno de los Major. Todo ello para alcanzar los 27 puntos necesarios para entrar en este exclusivo grupo.
“Quizá la presión por llegar al Salón de la Fama me ha perjudicado en exceso este año”, confesó la deportista oceánica, quien quiere tener claro lo que va a hacer después de su vida como golfista antes de encaminarse hacia la retirada. “No quiero sentirme perdida después. Seguramente retome algunos de mis estudios. Podría desviarme por completo hacia algo que me apasione en lugar de pensar en un posible negocio futuro”, señaló la golfista. Eso sí, cuando cuelgue los palos quiere estar segura de que lo hace para siempre: “No habrá medias tintas. Por eso, cuando lo haga quiero tener el convencimiento pleno”, sentenció.
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