Fue el único jugador de toda la jornada en conseguir llegar de dos a green en el par 5 del hoyo 14 de Innisbrook. Y es que el norteamericano volvió a demostrar que no hay nadie que le tosa cuando se trata de pegarle a la bola. Desde nada más y nada menos que 263 yardas, el número 1 del planeta fue capaz de sobrevolar sin apenas dificultades la zona de árboles y el agua para dejarse una oportunidad de eagle y así lograr el golpe del día. Tremendo.