Hay jugadores que cuando están inspirados se ve a la legua. Parecen tranquilos, como si no fuese con ellos, pero tienen a su alrededor un aura que les confiere habilidades sobrenaturales para esquivar obstáculos, encontrar las calles sin ningún tipo de problema y, además, embocar los putts tanto cercanos como lejanos. Es lo que le ha sucedido en esta segunda jornada del US Open al nipón Hideki Matsuyama, que ha recibido todos los elogios del planeta Golf después de haber igualado la segunda ronda más baja de la historia del evento con un inicio primoroso.
Seis birdies en sus nueve primeras banderas que le han posibilitado borrar de un plumazo el dos sobre par que presentaba al inicio de la jornada y colocarse con -4 aspirando al torneo, algo que confirmó tras el cruce con un nuevo birdie más. La tranquilidad del asiático, siempre ataviado con sus características gafas de sol negras, puesta al servicio del espectáculo.
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