Los tiempos cambian, que dice la canción. Algo que puede comprobarse simplemente viendo la preparación física de los jugadores respecto a lo que se estilaba hace un par de décadas. Ahora, la vida de un golfista profesional es la de un deportista de élite que, además de tener controlada la vertiente técnica, tiene que preparase en el gimnasio para salvar temporadas en las que los viajes de miles de kilómetros son una constante. Y en esto también tiene mucho que ver la dieta.
De hecho, se pueden contar con los dedos de una mano los jugadores que no se preocupan por medir hasta el más mínimo detalle de sus ingestas. Todo controlado al milímetro. Y, claro, esto deja poco lugar para la improvisación y el esparcimiento durante los campeonatos. Al menos en lo que respecta a la diversión entendida bajo el prisma de los golfistas más veteranos, tal y como ha comentado en una reciente entrevista el ex capitán europeo Paul McGinley.
“¿Si hace 15 años el Golf era más divertido? Era diferente. Ahora ellos están ganando tres veces más de lo que ganábamos nosotros”, comentó el irlandés entre risas, quien sí que quiso destacar que el compañerismo que se vivía hace apenas década y media ha desaparecido por completo. “Todo es una consecución de factores. Antes no jugábamos por tanto dinero y quizá sea esa la razón por la que no voláramos tanto en jets privados, que complica mucho el contacto con otras personas que no sean de tu círculo más íntimo”, añadió.
Pero no fue únicamente esta la razón esgrimida por el jugador británico. “El mundo ha cambiado. En nuestra época se consumía mucho alcohol… incluso durante las Ryder Cups. Me sorprendió, por ejemplo, que el año que fui capitán (2014) nadie bebiera. En 2010, sin ir más lejos, recuerdo que en Oakland Hills teníamos una gran ventaja de cara al domingo y el sábado por la noche se tuvo que hacer un pedido extra de vino porque ya nos habíamos bebido 72 botellas”, comentó, aunque matizó poco después.
“No es que nos emborracháramos todas las noches. Ni mucho menos. Pero nueve o diez de los doce jugadores se bebían un par de copas por las noches. Ahora es otra historia. Una atmósfera diferente”, sentenció.
«We had consumed 72 bottles of wine, by Saturday.»
Paul McGinley recalls how a ‘different’ kind of fuel powered @RyderCupEurope to a record-breaking Ryder Cup win at Oakland Hills in 2004 ??? pic.twitter.com/G5Gef50wnx
— Golf Today (@GCGolfToday) September 4, 2023