Si hay alguien en el Tour que no se muerde la lengua criticando el juego lento, ese es Rory McIlroy. Un peso pesado, número dos del mundo, que no pasó por alto esta lacra en el mundo del golf en la previa del BMW PGA Championship, criticando lo sucedido en la pasada Solheim Cup donde hubieron partidos de Fourball que duraron prácticamente seis horas y apostando por las sanciones en el Circuito en una semana en el que el chivato entrará en funcionamiento por primera vez.
«No quiero destacar a nadie en particular, pero ví mucha Solheim el pasado fin de semana y fue tremendamente lenta«, declaraba el norirlandés a la prensa destacada en Wentworth. «Por mucho que quieras ver y apoyar a las jugadoras europeas se hace difícil no frustrarse viendo la lentitud del juego«, añadía.
Al igual que otros muchos jugadores del Tour, Rory no ve bien que no se penalice a jugadores de renombre por ese hecho y puso como ejemplo el tenis y a Rafa Nadal cuando en el pasado US Open, durante la final, fue penalizado por tardar más tiempo del estipulado en el saque.
«Rafa fue sancionado en un momento importante como es la final del US Open, así que si el tenis puede hacerlo, no hay razón por la que nosotros no la hagamos en nuestros torneos. Es solo cuestión de imponerlo y se coherente con ello«, sentenciaba.