McIlroy sigue molesto con los JJOO por el conflicto político que le causó decidirse por Irlanda

El europeo lamenta profundamente que su elección por Irlanda le continúe arrastrando problemas. Foto: @PGATour

Casi cinco meses desde que la llama olímpica se apagó en Río y todavía son muchos, sobre todo desde las islas británicas, los que siguen poniendo en la picota a Rory. No porque no acudiera a la cita siendo uno de los tres mejores jugadores del mundo –que razones no les faltaban-, sino por su decisión de representar a Irlanda en vez de a Gran Bretaña cuando todavía teníamos la esperanza de verle competir en Marapendi. De hecho, hasta el propio jugador continúa molesto con la organización por obligarle a elegir y provocarle un enfrentamiento no buscado con la otra parte.

“De repente me colocaron en un posición en la que me obligaron a cuestionarme quién era yo. De dónde venía. A quién debía jurar lealtad. En definitiva, con qué país iba a jugar. En ese momento, comencé a sentirme molesto por el hecho de poder ofender al país del que no tomara parte” comentó el jugador norirlandés en una entrevista publicada el pasado domingo en el Sunday Independent. Y entonces contó una historia que ejemplifica a la perfección el sentir del joven deportista.

“Unos días después de que terminara el torneo, le mandé un mensaje a Justin Rose felicitándole por el oro. Él me dio las gracias y me hizo una pregunta que me obligó a contestarle con la mano en el corazón. Me cuestionó sobre si sentía que había perdido la oportunidad de conseguir algo grande para mi país”, comentó McIlroy. “Justin, tanto si hubiera terminado en el podio y hubiera escuchado el himno irlandés como si hubiese visto ondear la bandera británica con su himno me hubiese sentido incómodo de cualquier manera. No sé qué decirle a ninguno de ellos. Esto no es una guerra de banderas, nada de eso. Yo he preferido siempre estar al margen de estos conflictos”, sentenció.

“No todo el mundo actúa impulsado por el nacionalismo y el patriotismo, y ese es mi caso. Nunca quise ni querré que los conflictos políticos interfieran en mis decisiones personales. Tenía que tomar una medida y la tomé. A partir de aquí no vale la pena molestarse por lo demás”, apuntilló el golfista de 27 años.