Los destellos de esperanza suscitados por Rory McIlroy, a causa de los 65 golpes firmados hace pocos días en la última ronda en Doral, parecen apagados llegados al ecuador en el Shell Houston Open.
Todo indica que el norirlandés de 23 años no desbancará a Tiger esta semana de lo más alto del ranking mundial, para ello necesita ganar el domingo en el Redstone Golf Club, tarea difícil si nos atenemos a las dificultades que ha tenido McIlroy para superar el corte con el que estuvo coqueteando durante toda la jornada.
El número dos del planeta superó el corte por los pelos, justo en el límite, como Mickelson, y gracias a un birdie a última hora en el penúltimo hoyo de su recorrido. Rory empleó 70 golpes para un acumulado de -1, ocupa el puesto 54º, a nueve de la cabeza, junto a otros 18 jugadores, entre ellos el ya citado, Phil Mickelson.
De momento, y ante la aparente imposibilidad de retomar el número uno del mundo esta semana, McIlroy se apuntó a última hora para participar la próxima semana en el Valero Texas Open, torneo previo al Masters de Augusta.
Lidera el Abierto de Houston, el estadounidense Steve Wheatcroft con -10, seguidos de dos compatriotas, Jason Kokrak y el primer líder que tuvo la prueba, D.A. Points, a un solo golpe de Wheatcroft.
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