La jornada del domingo fue toda una montaña rusa de emociones para Phil Mickelson. El jugador de San Diego salió al Pebble Beach GL en el último partido del día junto a Nick Taylor para tratar de realizar con éxito la defensa del título que había logrado doce meses antes y miles de espectadores siguieron sus evoluciones tanto desde casa como desde el propio complejo. Cada birdie del estadounidense era celebrado como si de una victoria se tratara y por cada bogey un puñal se clavaba en el corazón de los aficionados. Y es que todo tiene una razón.
Además de la victoria, el conseguir triunfar en Pebble Beach significaba que el norteamericano conseguiría volver a colarse en el Top 50 mundial y clasificarse directamente para el WGC-México, primer campeonato del mundo del 2020. Una tarea para la que también le hubiese servido finalizar en el subcampeonato. Sin embargo, toda esperanza se desvaneció después de que Phil acumulara cinco bogeys en sus once últimas banderas y terminara en la tercera plaza después del empuje de Kevin Streelman.
Lefty cerró el podio y su remontada en la clasificación mundial no terminó llegando a buen puerto para lamento de su legión de fans. De esta manera a Mickelson sólo le quedaba la posibilidad del Genesis Invitational para tratar de sumar los máximos puntos posibles con los que volver a formar parte de los 50 mejores jugadores del mundo. Y sí, hablamos en pasado porque el cinco veces ganador de Majors ha confirmado a través de su cuenta de Twitter que, aunque consiguiera clasificarse para el torneo de la próxima semana en el Club de Golf Chapultepec, no acudirá a la cita.
“Mis hijos están libres la próxima semana, así que nos vamos a ir de viaje después de grabar un anuncio que tengo programado”, respondió el americano a un seguidor. Una respuesta que ha sorprendido al mundo del Golf, pero que no deja de ser otra manera de darle importancia a lo que realmente la tiene. La familia, lo primero.