“Me siento bien y quiero jugar”. Con esta frase tan lapidaria pronunciada ante los micrófonos del PGA Tour, Phil Mickelson ha puesto fin a los rumores sobre una posible ausencia en el CareerBuilder Challenge y finalmente será de la partida el próximo jueves en el partido que le emparejará junto a su compatriota Bill Haas. Asimismo, este encuentro servirá para que el golfista de San Diego haga su debut oficial en este 2017 después de haber vivido unos meses convulsos como consecuencia de una hernia diagnosticada en la zona del ombligo mientras estaba disputando el Safeway Open.
“Para ser sincero, no tengo la menor idea de a qué nivel está mi juego en estos momentos. Esta es una de las razones por las que voy a disputar el campeonato”, comentó el excepcional golfista estadounidense. Y no es para menos. Más de tres meses sin ritmo competitivo puede ser mortal para el común de los mortales –incluso para Lefty-. Es por esto que nadie se debería extrañar si al término del evento no vemos su nombre entre los primeros de la clasificación. Aun así, es de alabar el esfuerzo que va a hacer Mickelson, que muestra de esta manera su compromiso con el torneo en el que ejerce como embajador desde la pasada primavera.
A tenor de las palabras pronunciadas el pasado martes, cuando afirmó que su participación sería “una decisión de última hora”, muchos nos temimos que el californiano se quedaría viendo los toros desde la barrera, pero una gran ronda de prácticas este miércoles le ha hecho cambiar de opinión, algo que agradecerá tanto la organización como los aficionados que se darán cita en La Quinta.
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