Cualquier momento es bueno para Phil Mickelson si en el horizonte se encuentra Pebble Beach, pero en esta ocasión las sensaciones son mejores si cabe después de su extraordinario resultado en el Saudi International del European Tour. Y es que el genio de San Diego finalizó en la tercera posición sobre la hierba del Royal Greens G&CC tras una semana en la que firmó tres cartulinas por debajo del par del campo para situarse a sólo tres golpes de Graeme McDowell, el ganador de la prueba. Un aval que le permite afrontar con garantías la defensa del título esta semana en el campeonato californiano, un torneo que lo ha visto reinar hasta en cinco ocasiones.
“Ha sido muy divertido volver a pelear con los mejores”, confesó el norteamericano al término de la ronda del domingo. “Ya había pasado un tiempo desde la última vez y me encuentro muy bien estando de vuelta”, continuó. Una mejoría que llegó, en gran parte, gracias a su progreso con el driver. Los problemas de los que veía adoleciendo en esta faceta los últimos meses parecieron quedarse atrás en el país asiático y esto desencadenó una mejora colectiva en el resto de apartados.
“La forma en que utilicé el driver durante los tres primeros días fue un gran paso para mí porque había pasado por algunos momentos complicados a lo largo del último año. Fue muy agradable tener de nuevo la oportunidad de ganar, de estar en el meollo. Pero sin lugar a dudas lo más importante fue ver cómo mi juego progresaba. Últimamente lo había estado haciendo bien, pero los resultados no llegaban. Este es un buen punto para comenzar a construir, porque hacía mucho que no tenía estas sensaciones.
En la última temporada no he sido el mejor -de hecho, cayó al número 86 del mundo a comienzos de año, su peor clasificación desde 1993– y estoy emocionado por volver a Pebble Beach con algo de impulso”, sentenció.