Parecía que no iba a ser la semana de Phil Mickelson. La tumultuosa temporada que arrastra y las numerosas salidas de tono del genio de San Diego hacían pensar con la posibilidad real de que el estadounidense no pasara el corte en Augusta. Máxime cuando el martes, lejos de ser el Phil que solía ser en la tradicional Cena de Campeones, optó por hacerse un lado y pasar la comida desde una óptica pasiva, algo que nadie había visto hasta ahora, tal y como aseguró Ben Crenshaw.
El jugador de las barras y las estrellas ha optado por no hacer más declaraciones de las estrictamente necesarias y su círculo cercano ha asegurado en repetidas ocasiones que le ha dolido mucho las acusaciones que lo tildan de haber cometido una traición al PGA Tour. Es por eso que este domingo, después de reivindicarse como subcampeón en el Augusta National para sorpresa de todos, no pudo contener la emoción al abandonar la hierba del complejo de Augusta.
“Ha pasado por mucho. Yo entiendo su situación y no me gustaría estar en su lugar. Su vida ha dado un vuelco y, aunque no sé realmente por todo lo que ha pasado, yo también estaría emocionado en su lugar”, comentó el también jugador del LIV Harold Varner III, quien disputó varias rondas de prácticas con Phil esta semana. Sin embargo, el deportista americano se mostró estoico hasta el final y optó por rehuir cualquier pregunta relacionada con sus sentimientos o con la dificultad de haber acabado en el segundo lugar después de unos cuantos meses rozando el ostracismo de resultados.
“Cuando vienes aquí a Augusta terminas teniendo siempre una sensación de gratitud. Es difícil no hacerlo. Hay una especie de calma que te invade. El hecho de poder venir aquí y jugar el Masters es algo que todos los que estamos aquí apreciamos enormemente”, sentenció. ¿Un mensaje, quizás, a Fred Ridley?
Ver esta publicación en Instagram