De nuevo volvió a relucir la célebre frase que dice que “el driver te da la gloria y el putter, la victoria” en la persona de Justin Thomas. Y es que el golfista estadounidense consiguió fraguar su triunfo en las inmediaciones de bandera, donde cuajó unas estadísticas espectaculares para llevarse el título sobre la hierba de Quail Hollow.
Nada más y nada menos que 2.35 golpes de media en los últimos 18 hoyos fue capaz de restarle el norteamericano al complejo de Charlotte en relación con los efectuados por el resto de los participantes. Seis birdies que le sirvieron para levantar la copa y para dar un aviso a navegantes: “Soy JT y he venido para quedarme”.