A lo grande, con una actuación simplemente estratosférica, mucho más contundente de que lo pudiera imaginarse a primera vista, reventando literalmente el campo y la resistencia de sus compañeras, la castellonense Natalia Escuriola ha ganado el título del Campeonato de España de Profesionales Femenino, reeditando en el RCG Guadalmina el triunfo conseguido asimismo en 2015.
El doblete –una acción no conseguida desde hace una década–, la segunda mayor diferencia de la historia con respecto a la segunda clasificada –cinco golpes en ese caso por los nueve, en poder de Carlota Ciganda, desde la edición de 2012–, el exacerbado rendimiento de Natalia Escuriola tuvo consecuencias devastadoras en el propio torneo, dividido de forma tajante en dos partes integradas por la castellonense y el grupo de las otras.
Entre ellas hay que destacar por méritos propios a Marta Sanz, quien curiosamente compartiera asimismo desenlace con Natalia Escuriola en 2015, cuando ambas se enfrascaron en un playoff de desempate de tres hoyos que finalmente cayó del lado de la castellonense, apreturas pasadas, holguras presentes que dejan igualmente a la madrileña en la segunda posición.
Tercera en la primera jornada, asentada en el liderato con tres golpes de renta en la segunda y simplemente excelsa en la tercera, Natalia Escuriola esculpió una obra magistral, sin que nada ni nadie se interpusiera en su victorioso camino.
Marta Sanz, imitando los buenos inicios de las dos primeras rondas, realizó en esta última jornada un amago de acercamiento a la cabeza de la tabla mediante tres birdies en los cinco primeros hoyos que fue abortado de raíz por la castellonense, cuatro aciertos en siete que rompieron literalmente la clasificación con siete golpes de ventaja a mitad de recorrido.
A la nueva campeona, jugadora de PING, le quedaba administrar tan jugosa renta en la segunda parte de la vuelta del bello recorrido malagueño, una gestión fructífera a pesar de que Natalia Escuriola humanizó su actuación en el hoyo 12, un bogey en su imparable carrera hacia al título –“de repente me puse a pensar en el resultado en lugar de jugar hoyo a hoyo, y me descentré un poquito”, explicaba al final con humildad– que no fue sino el simple rasguño que siempre genera cualquier batalla.
“Estoy muy contenta, es la recompensa al mucho trabajo que realizo. He dominado de principio a fin, aunque no me lo esperaba. ¡Que nadie se crea que ha sido fácil!” reivindicaba la ganadora nada más acabar su partido.
El brutal rendimiento de la golfista castellonense empañó por completo otros buenos quehaceres de jugadoras que asimismo brillaron con fuerza en este Campeonato de España de Profesionales Femenino. Fue el caso de la citada Marta Sanz, subcampeona por segundo año consecutivo gracias a un 69 final en su tarjeta, un ejemplo de lucha y garra continua. O el de la barcelonesa Elia Folch, en todo momento en la parte noble de la tabla antes de acceder a un muy meritorio tercer puesto como premio a su constancia.
Y por detrás, Noemí Jiménez, Nuria Iturrioz, Laura Cabanillas María Beautell, la amateur Marta Martín –sensacional lo suyo–… un grupo diverso que contribuyó a que el torneo resultase todo un éxito si bien ninguna de ellas pudo evitar que el efecto devastador del juego de la castellonense generase que el foco se centrase en una estrella: Natalia Escuriola, campeona de España Profesional a lo grande.