Desde hace muchos meses DeChambeau se propuso cambiar la manera en que estaba encarando los torneos y, desoyendo los consejos de los expertos y la manera de proceder de sus compañeros de profesión, decidió coger peso para poder ganar más metros desde la salida. O lo que es lo mismo, en plena era del fit, el estadounidense apostó por el fat. Nadie se atrevió entonces a pronosticar un buen devenir para el jugador californiano, pero rompió todos los pronósticos tras el confinamiento después de sus triunfos en el Rocket Mortgage y, más recientemente, en el US Open.
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En ese momento el bombardero de las barras y estrellas supo que iba por el buen camino. De hecho, tras su participación en el Shriners Hospitals for Children Open se atrevió a pregonar a los cuatro vientos que en el Augusta National utilizaría un driver de 48 pulgadas –el máximo permitido por la normativa– y que desde ese mismo momento su objetivo pasaba por pegar unas dos mil bolas con su nuevo palo hasta que el torneo diera comienzo. Sin embargo, y tal y como apuntan algunos grandes conocedores del campo, ni esto le va a servir al deportista estadounidense para librarse de las numerosas trampas con las que cuenta el complejo de Georgia.
Uno de los que se ha encargado de hacer ver a DeChambeau las complicaciones de este campo es el triple ganador de la Chaqueta Verde Nick Faldo, quien en una reciente entrevista telefónica ha dejado claro que va a haber hoyos en los que, aunque Bryson lo intente, no va a poder cazar el green desde la salida. “Es imposible que lo haga en el primero, donde el green está cuesta arriba a 445 yardas”, sentenció el actual analista de la CBS. De hecho, tan claro lo tiene que hizo una promesa: “Si lo consigue, saldré de la cabina y correré desnudo por el Augusta National”. Una propuesta un tanto osada contra un jugador al que le hemos visto hacer verdaderas locuras con el driver.